,
14 febrero, 2019
Hablar públicamente de geoingenieria es muy urgente. En vez de parar el consumo sin limites de todo tipo de recurso, se nos propone de luchar al cambio climático con tecnologías que alteran los ciclos naturales a escala planetaria. De esto se trata cundo se habla de geingenieria. Al día de hoy no se pueden controlar y descartar los riesgos y las incertidumbres de estas técnicas y se ignoran las relaciones complejas que tendrían con los ecosistemas. En un laboratorio podemos proceder por ensayo y error. Y el error es del todo normal en los primeros ensayos. En el caso de la geoingenieria el laboratorio es el planeta, y el error no tiene remedio.
Poner la geoingenieria al centro de la lucha al cambio climático es muy arriesgado (para usar un eufemismo). Significa un acto de fe hacia tecnologías no comprobadas. Desafortunadamente tenemos tan metida la idea que la tecnología lo soluciona que nos cuesta verlo. Es precisamente con este pensamiento que nos hemos metido en este fregado del cambio climático y en lugar de verlo buscamos la solución en más tecnología.
A lo largo de la historia usamos tecnologías cada vez mas potentes con efectos imprevistos cada vez mas graves. ¿Quien podía prever hace 200 años que con las maquinas modernas quemaríamos tantos combustible que llegaríamos a alterar gravemente el clima del planeta entero? La geoingeniería es tecnología tremendamente potente aplicada a escala planetaria, y no cuesta mucho imaginar que nos llevaría a un desastre climático aun peor (Este libro que debería estar en los curricula de segundaría, explica como algo parecido se ha repetido en la historia de la humanidad: Historia verde del mundo de Clive Ponting).
Sabemos que el camino es parar el consumo descontrolado de recursos, gas, carbón, petroleo, … y no podemos permitirnos de perder ni un minuto ni un euro mas experimentando tecnologías de alto riego.
